Valores como la empatía son fundamentales para desenvolverse bien en nuestra vida personal y profesional , logrando una buena conexión con otras personas. Educar la solidaridad hace a las personas sentirse más felices, mas útiles y más integradas en el mundo.
Recientemente me han llamado para asistir a la entrega, por parte de un grupo de niños, de un dinero que han recaudado con su esfuerzo durante el verano. Consiguieron organizarse, disciplinarse en las tardes de verano en la playa y ensayar la obra de teatro «La vuelta al mundo en 80 días», con el fin de divertirse y también de recaudar dinero para la investigación del cáncer infantil.
Por iniciativa propia y sin intervención de ninguno de sus padres decidieron que se sumaban al reto «Travesía Europa-Asia» y que la recaudación de su obra de teatro, a través de las entradas que se cobraron, iba íntegramente destinada a apoyar mi reto solidariode este verano pero sobretodo a apoyar la fundación Unoentrecienmil. Una decisión emocionante para mi.
Los niños nacen solidarios, a veces pueden ser duros en el trato con otros niños pero tienen la pureza en el corazón que solo florece a través del ejemplo y el empuje de sus padres. Implicarles en acciones sociales o solidarias ayuda a que crezca este espíritu y si, como en el caso de este grupo de niños, lo hacen a través de un objetivo concreto, ayudará a su autoestima y a valorar su esfuerzo y su trabajo. En mi memoria estará siempre las palabras que una de las niñas, de 10 años, dijo a su madre justo en el momento de entregar su recaudación: «Mama me siento tan bien en este momento»
¡Que de lecciones nos dan los niños!, porque leyendo el título de este artículo y en acciones como esta, queda reflexionar sobre quién educa a quién la solidaridad, si nosotros a ellos o ellos a nosotros. Lo más bonito es quizá ver que lo importante es cambiar las cosas tal cual están e ir a un mundo mejor, donde en este caso, no sea la leucemia linfoblástica aguda una enfermedad en muchos casos mortal, sino, como dice la Fundación Unoentrecienmil, se pueda llegar a decir un día «solo es leucemia, y ya se cura».
Enhorabuena a ellos, enhorabuena a sus padres y muchas gracias a todos. ¡Sois ejemplares!