Quiero compartir un interesante libro que hace un tiempo publicó la enfermera Australiana, Bronnie Ware y que siempre me ha parecido una enorme lección: Los cinco mandamientos para tener una vida plena.
Bronnie es una autora conocida por sus escritos sobre los principales arrepentimientos del lecho de muerte que escuchó durante su tiempo como cuidadora paliativa. Creo relevante tocar este tema, que ya avancé en mi post anterior por lo que significa en las personas, independientemente de sus carreras, posición o edad.
Tarde o temprano todos nos vamos a ver en la necesidad de hacer un balance de nuestras vidas, a unos les toca hacerlo a los 30 años, a otros a los 60 años, y a otros a los 90 años, cada uno en su momento, cada uno según sus circunstancias.
Y es entonces cuando tomaremos consciencia de:
si el tiempo transcurrido ha valido la pena,
si hemos hecho lo que de verdad queríamos hacer, si hemos logrado las metas que queríamos lograr,
si hemos alimentado una sana relación con nuestro entorno,
si hemos sido fieles a nuestras prioridades,
si hemos dedicado tiempo de calidad nuestros amigos y familia,
si hemos descubierto la pasión en nuestra vida,
si nos hemos centrado en vivir el momento en lugar de proyectar al futuro o anclarnos en el pasado,
si hemos dado rienda suelta a nuestras emociones,
si hemos viajado todo lo que en realidad queríamos,
si hemos tenido el coraje de hacer lo que realmente queríamos hacer y no lo que otros esperaban que hiciéramos,
si hemos dedicado demasiado tiempo a trabajar y eso ha hecho que no hayamos atendido a nuestro entorno como merecía,
si en todo momento hemos tenido el valor de expresar lo que realmente hemos sentido,
si nos hemos despertado demasiadas veces en mitad de la noche víctimas de nuestras preocupaciones,
si hemos sido solidarios, si hemos hecho lo suficiente por otras personas…
¡Son tantas las preguntas que probablemente nos hagamos y son tantas reflexiones a las que llegaremos!. Y estas nos llevarán a entender, de manera muy personal, si el camino ha valido la pena o no!
Sé que no es un ejercicio fácil de hacer, pero propongo que seamos conscientes de la importancia que tiene plantearnos estas cuestiones con más frecuencia.
Tiene razón Stephen Covey cuando dice que:
“la mayoría de nosotros dedicamos demasiado tiempo a las cosas urgentes y no dedicamos el suficiente a lo que es importante”.
Para vivir de manera más equilibrada debemos aprender a dar a cada cosa su justa importancia. Si nos dejamos arrastrar por las aparentes urgencias cotidianas, estas ocuparán todo nuestro tiempo y no dejaremos espacio para aquellas cosas realmente importantes.
Vivimos demasiado deprisa, vamos corriendo a todas partes, estamos absortos en el movimiento, en el ruido, en la intoxicación de la velocidad; y es necesario parar, reflexionar, priorizar, hacer balance, preguntarnos cosas importantes y que las respuestas a las que lleguemos nos ayuden a tomar las decisiones correctas, no solo en lo que se refiere a nosotros mismos, también en lo que afecte a los demás.
Gracias!