¡Ya está aquí! El cambio de ciclo, el nuevo año y los nuevos propósitos que TIENEN QUE CONVERTIRSE EN NUEVOS PROYECTOS.
El tema es que para poder meter nuevos objetivos y luchar por nuevas metas, hay que hacer un poco de sitio y claramente nuestras vidas suelen estar ya muy ocupadas, o eso siempre creemos.
Los sueños, los nuevos retos, merecen la pena. Nos mueven, nos hacen crecer y nos permiten redescubrirnos, pero no siempre es cuestión sencilla encontrar el espacio necesario para llevarlos a cabo y a mi, como a todos, me sucede cuando planifico un nuevo reto. La clave está en entender que «elegir es renunciar» y ahora, pues … es lo que toca. Hay que dejar salir para que puedan entrar, a la hora de planificar lo verás claro, dependiendo de tu meta tendrás que cambiar cosas en tu rutina, dejar salir, hacer sitio y ponértelo fácil. Si lo que necesitas es tiempo, hay que sacarlo, si lo que necesitas es valor hay que quitarse el miedo y los pensamientos negativos, si tu objetivo es dejar de fumar o adelgazar o hacer deporte tendrás que renunciar a hábitos asociados a lo contrario… cualquier cosa precisa quitar y para eso hay que hacer balance de donde venimos y priorizar. Dar prioridad a lo que queremos de bueno y de nuevo no es difícil, seguro que pensándolo bien, lo logramos. Una manera de hacerlo es escribir un pequeño balance de las cosas que nos han puesto freno el año anterior para dar los primeros y decisivos pasos.
Esto casi es ya un nuevo habito, pero dicen que los hábitos se consiguen si somos perseverantes durante 21 días, empezar ya es hacer sitio y una vez que empecemos encontraremos el espacio para lo que deseamos lograr.
¡Adelante! – Creemos nuestro espacio, hagamos sitio en nuestras vidas para incorporar nuevas ilusiones, nuevos sueños, nuevas metas y dar los pasos necesarios para alcanzarlos y si para eso es necesario dejar salir aquello que nos entorpece el camino, no tengamos miedo en hacerlo.