Todos somos conscientes en mayor o menor medida de lo que la digitalización ha cambiado nuestra vida, aunque es algo que va tan rápido que no somos capaces casi de estar al día, ni tampoco de hacer un balance realmente actualizado de lo bueno y de lo malo. A veces incluso nos asusta cuando vemos a gente en restaurantes, autobuses e incluso por la calle, sin hablar ni comunicarse con los demás, y que solo sonríen cuando les agrada lo que ven en sus pantallas del móvil. Esto despierta muchas críticas, bien fundadas en muchos casos. Ayer sin embargo estuve en un muy interesante encuentro en el Espacio Somos, cuyo título era «La Huella que Dejas«, evento muy atractivo para personas que desarrollamos nuestra marca personal, y con unos ponentes de excepción, personas han cambiado sus vidas y las de otros gracias a sus «likes». ¡¡Nada menos!!
Este encuentro organizado por la Fundación Mashumano, empezó con un divertido monólogo del genial Daniel de la Cámara, quien con su humor ingenioso nos hizo entender e identificarnos con lo mucho que han cambiado nuestros hábitos y nuestro comportamiento ante situaciones del día a día debido a la tecnología. Presentado por Marta Robles el evento cumplió con todas las expectativas. Arancha Martinez de itwillbe.org compartió su testimonio de como un viaje a India cambió su vida y, tras conmoverse por la cantidad de niños abandonados, despertó la idea de crear una base de datos de los niños que «no son de nadie» pero que en realidad «son de todos». Niños sin padres ni madres ni hermanos ni referente alguno, niños que viven en la calle, con miedo y que huyen de las mafias y de sus abusadores, niños que en muchos casos no tienen ni huella digital. A través de la digitalizacion de su buiometría, en Itwillbe.org crearon patrones de las venas de las palmas de las manos de estos niños y desde hace un tiempo comparten esos datos con todos los centros de acogida del país. Ahora todos estos centros de acogida pueden guardar el historial clínico, necesidades psicológicas, etc, de cada niño, de manera que cuando éstos se mueven por el país y recaen en otro centro de acogida no tienen que comenzar de nuevo con el proceso de identificación y siempre tiene registrado su historial.
Mi amigo Eduardo Schell compartió con los asistentes cómo surgió la iniciativa «Medula para Mateo«. A su hijo Mateo le diagnosticaron leucemia con un mes de vida. «La única oportunidad de vida que tenía era que alguien le donara médula». Se enfrentó a un problema que tenían muchos otros niños y decidió emprender una campaña, no para conseguir médula para Mateo en concreto, sino para todos los niños que están enfermos de leucemia. Despertó un programa de donación de médula enfocado a informar sobre lo fácil que es donar y donde podemos hacerlo. Gracias a la comunicación Médula para Mateo consiguió 200 donantes nuevos al día. Actualmente gracias a esta iniciativa ya hay 322.530 nuevos donantes disponibles.
Eduardo Cortés y su compañero Santi nos contaron que en su ong «Trucos Optimistas« (África Directo) comparten información para que mas gente ayude a otras personas «porque sí». Cuando trabajaba en un campo de refugiados Eduardo conoció a un niño sin dedo y decidió solucionar su problema. Lo hace a través de tutoriales que comparte en internet sobre cómo fabricar prótesis en impresoras 3D, y enseñan a hacer las adaptaciones necesarias para que la la extremidad que se imprima sea útil al receptor. Una vez diseñada la prótesis y subido este diseño al programa cualquier persona puede imprimirla y adaptarla a la persona a la que se le va a entregar.
Ignacio Prieto de EHA telemedicina pone la tecnología al servicio de las personas, con el objetivo de conectar y coordinar asistencia sanitaria. Se trata de un grupo de ingenieros de telecomunicaciones que desde el año 1997 viaja por todo el mundo ofreciendo soluciones médicas a gente local. Zonas como en la selva donde donde antes no existía ningún tipo de asistencia sanitaria, y que ahora, a través de un sistema informático pueden conectar a pacientes con médicos que les prestan su asesoramiento o proyectos como las mochilas con ecógrafos que han creado y que se cargan con energía solar y permiten acceder a zonas remotas.
«NOSOTROS NO QUEREMOS LLEGAR LEJOS, NOSOTROS QUEREMOS QUE NOS COPIEN«
Cuando Pepita vino al mundo era la tercera de sus hermanos y el hecho de tener Sindrome de Down fue una noticia inesperada. Fabiola, su madre (y prima mía), cuenta como le ayudó mucho seguir por Instagram a una mujer americana que le había pasado lo mismo, y decidió generosamente seguir sus pasos en la idea de ayudar a otras personas. Dejó su cuenta en «abierto», para no cerrar a nadie la posibilidad de ver el inmenso amor y las enormes alegrías que dan los niños con «el cromosoma de la bondad». Desde la cuenta Pepita Mola, Fabiola ha ido compartiendo todos los progresos de Pepita, todas sus aventuras y todas sus experiencias diarias, y ha cautivado a miles y miles de personas a las que ha llevado a una implicación emocional. Fabiola dice que lo más grande que le ha dado este compartir, ha sido evitar algunos abortos o quitar miedos a algunos padres cuando querían abandonar a sus hijos por tener este síndrome y su deseo es que esta normalidad y el cariño que su hija despierta en tantas personas se traslade a cuando sea mayor y ella y otros chicos encuentren su integración y normalidad en el mundo laboral y en la sociedad.
Pepita Mola ha sacado un cuento que va a poner en marcha a través de su propia Fundación, cuyo objetivo es asistir con estimulación precoz durante el primer año de vida a niños como su hija.
Si la digitalización cambia el mundo a mejor, vale la pena apostar por ella y aceptarla con interés.
Gracias Espacio Somos, Fundación Botín y a todos los ponentes.