Convertir la comunicación de la compañía en efecto motivador y no un efecto limitante para mantener la ilusión y la pasión por el trabajo en tiempos de crisis y adversidad, es posible.
Los contextos de incertidumbre y la sobre-información de hechos negativos y funestos propician la creación de ambientes tóxicos que desmotivan y reducen la productividad del equipo, por eso hoy más que nunca existe una necesidad de comunicar con transparencia, claridad y de forma efectiva.
Una manera de convertir la comunicación en efectiva y motivadora es que todos los que conforman el equipo y también todos los que conforman la empresa sepan la realidad de lo que está pasando, que los empleados estén informados de la situación real y que, de esta forma, conozcan de primera mano si ocurre algo que pueda afectarles y es vital huir de las noticias negativas que se alejen de la realidad porque estas les pueden llevar al terreno de la desesperación, frustración y miedo.
Ahora más que nunca hay que huir de los “fake news” que circulan por todos lados y hacer un esfuerzo por cuidar bien lo que se dice a los demás y buscar que aquello que se comunica sea real pero también en la medida de lo posible constructivo y motivador.
Pero comunicar también supone escuchar. También es importante que se sepa escuchar de forma activa, fomentar que los trabajadores se sientan bien, tranquilos y seguros en su ambiente de trabajo y convertir este ambiente en todo lo agradable que sea posible, buscar estimular y procurar que no se vea afectado su rendimiento.
Y además hay que ser muy cautos y cuidadosos con la información que consumimos: lo que escuchamos nos puede intoxicar, limitar y meternos en el terreno del miedo, nos tenemos que proteger de esto desde todos los niveles del organigrama, independientemente de si somos líderes o subordinados.
Por tanto es muy importante lo que uno dice pero también lo que uno hace. Desde el ejemplo, ya que desde la acción también se comunica.
Por otro lado, que la ilusión y la pasión por el trabajo se mantengan vivos entendiendo la misión de la empresa y nuestra misión en ella y en nuestro día a día, siendo fiel a nuestra responsabilidad hacia los demás: compañeros, subordinados, jefes, clientes, proveedores, es decir todas las personas que conforman el microcosmos de la organización, porque de situaciones de crisis y adversidad solo se sale estando todos juntos, remando en la misma dirección y con una buena brújula.
Hay que hacer un esfuerzo por mantener vivas las ganas de seguir cumpliendo metas y centrando nuestras acciones en ser útil a los demás. Ahora más que nunca debemos apoyarnos en los valores de la empresa y en nuestros propios valores: Esfuerzo, disciplina, compromiso, sacrificio. Pero sobre todo siendo fiel al propósito de la empresa.
Es el momento de ser ejemplo hacia los demás, honestos con nosotros mismos, en nuestras acciones y con nuestra comunicación hacia las personas que dependen de nosotros. Y además es una oportunidad de ser coherente y cumplir con lo que se ha dicho y buscar convertir una crisis de esta magnitud en una oportunidad a nivel humano y también a nivel organización. Así que para convertir la comunicación en un efecto motivador, hay que tener en cuenta: Lo que se dice, como se escucha, la información que se consume y el ejemplo del líder.
Podcast: https://anchor.fm/jacobo-parages/episodes/La-Comunicacion-ekeidm
Este artículo forma parte de «Ocho ideas sobre las que reflexionar».
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